Acabo de leer algo que a cualquier ciudadano medio, amante del fútbol, le debería de ofender (no te incluyo a ti, ni a ti, pero quizás si a ti, o tú mismo).
Pues bien, el protagonista de esta entrada es Falcao. Para quien no esté muy puesto al día les diré que Falcao es un futbolista que juega en el Oporto. Este hizo un papel muy destacable en la pasada Europa League (si no recuerdo mal le hizo 5 goles (¡!) al Villareal) y empezó a sonar para media Europa. Madrid, Chelsea o Atlético de Madrid surgieron de debajo de las piedras para hacerse con el delantero de moda. Hasta aquí todo normal. Pero lo que me escuece de esta noticia es que yo, por lo menos, no he oído al jugador decir que no a todas estas especulaciones, por tanto sería una estrategia para conseguir unas importantes mejoras laborales.
Y me pregunto, ¿en el fútbol todo vale? parece ser que sí. Por poner un ejemplo, la conocida como Ley Beckham se produjo cuando en 2006 Florentino Pérez, en su afán de atraer a las estrellas de la galaxia, según dicen, "sugirió" a Rodrigo Rato, por entonces ministro de economía, crear una ley que así facilitara sus fichajes. ¡Sí, el presidente de un equipo de fútbol tiene más poder que un político escogido democráticamente!
Días atrás escuché al Kun decir por activa y por pasiva, que no quiere seguir en su club, el Atlético de Madrid, club con el que tiene un contrato que en febrero de 2011 renovó. ¿Te imaginas hacer esto en la empresa en la que trabajas? Habrá la excepción, pero es cuanto menos un acto de prepotencia a la altura de unos pocos (que ni siquiera conozco). No acaba ahí el caso, pues además se toma la libertad de "coquetear" con el eterno rival. Parece una disputa de un patio de colegio, pero ¿sabéis cuántos socios tiene el Atlético de Madrid? Nada menos que 42.000 personas. Esa gente que sí siente unos colores y que no entiende de mercato.
Por otro lado está el mediáticamente alimentado culebrón de Cesc y el Barcelona (del cual soy fan, pero a mí no todo me vale). El jugador, un "expatriado" como le llaman, al parecer quiere fichar por el Barça y volver así a casa. El jugador se bajaría su salario en 3 millones de € por cumplir el sueño de su vida. ¡Pero es que el jugador el año pasado pasó a cobrar 3,5 millones de € más renovando así el contrato con su equipo! ¡pero si te quieres ir de un sitio, no renueves el contrato! (venga, vamos a decirlo todos, que lo estamos pensando, tooooooooontooooo).
Temas de representantes de poco menos que un equipo completo, derechos televisivos claramente desequilibrados, y equipos que gastan en épocas de crisis cientos de millones de € son un insulto para una población que no lo debería consentir todo. A mi también me gusta que mi equipo gane partidos, títulos y le den galardones, pero no a cualquier precio, y ahí viene mi reflexión, que después de hablar de tan grandes desembolsos que corren por las cabeceras de los periódicos, ¿somos conscientes (o insensibles) de las cantidades que se mueven en este mundillo?.
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